Yo nunca pensé que me convertiría en una deudora. Siempre mi madre desde pequeña me enseñó a ahorrar, para tiempos de necesidad. El problema es que la vida no siempre nos permite estar preparados para todas las eventualidades. Es así como después de terminar mis estudios y no encontrar trabajo estable por cerca de 2 años tuve que empezar a hacer uso de las tarjetas de crédito de casas comerciales y bancarias que me ofrecieron estando en la U. Luego de varios meses en que tenía plata, al final esta era plata prestada, nunca fue mía, y debía ser devuelta con grandes intereses. Llegó un punto en que solo podía realizar los pagos mínimos de cada tarjeta. Lo más triste es no poder pagar, porque uno finalmente necesita comer y sobrevivir, entonces hay que priorizar. La deuda es un calvario que nos puede afectar a todos, cuando no se tiene el control suficiente de los distintos préstamos. Cuando estaba tocando fondo y no me dejaban de llamar de los distintos Bancos, conocí a mis abogados de quiebra tus deudas, quienes además de tranquilizarme y decirme que existían diversas soluciones, me dieron apoyo y contención. Tras explicarme en qué consistía el juicio de quiebra, entendí que era el mejor camino para mi situación. Hoy no tengo deudas. Si bien estoy partiendo de cero, ya no tengo llamados de cobranzas y lo principal es que puedo respirar tranquila, mirando a todo el mundo a los ojos y tener el control de mi vida.
Patricia Osorio Zúñiga.
Diseñadora gráfica, chilena 39 años.